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Con la fórmula que vetó Javier Milei, la jubilación mínima sería de $317.000

La ley vetada por el presidente Javier Milei hubiera llevado las jubilaciones mínimas a los $317.000 y eso hubiera permitido alcanzar niveles similares a los de la ley de movilidad anterior, señala un reporte de la Fundación Eforo.

El trabajo indica que “con la Ley 27.756, luego vetada vía el Decreto 782/2024, el haber mínimo hubiera quedado en $317.000, mientras que, en el actual esquema de movilidad, el piso de haberes más el confirmado bono de $70.000, queda establecido en $304.000”.

“Con esta norma recientemente vetada, los jubilados hubieran experimentado una recuperación parcial de su poder adquisitivo y se acercará a los valores que precedieron a la reforma de 2021, pero no habría alcanzado para recuperar lo perdido tras la reforma de 2017”, señala el reporte.

De acuerdo con el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), “en septiembre, de haber continuado la fórmula anterior, la jubilación mínima (sin bono) se ubicaría en $253.225, 7,4% más bajo. Con la ayuda del bono, sería de $323.225.

La historia reciente de las jubilaciones

De acuerdo con la Fundación Eforo, las jubilaciones mínimos evolucionaron del siguiente modo desde 2010:

Los valores proyectados para 2024 y 2025, bajo este decreto, muestran una estabilización en torno a los $230.572 en diciembre de 2024 y $232.205 en diciembre de 2025. Estos valores se mantienen en niveles considerablemente bajos comparados con los picos históricos previos a 2018.

¿Cómo se comporta el gasto previsional en función de cada fórmula?

En función de los antecedentes, los expertos consideran que la fórmula de actualización que se aprobó en 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, tendía a disminuir los efectos del ciclo económico. Cubría el 70% de la inflación y el 30% de la variación salarial. Por lo tanto, si la inflación baja, se compensa con la parte de incremento salarial. Las diferencias entre picos y valles de gasto tienden a aplanarse manteniéndose en un rango acotado en función del PBI. Es la misma fórmula que votó la oposición.

La fórmula anterior a la de la reforma de 2017, que fue la que rigió entre 2021 y 2023, tenía un componente de recaudación fiscal y otro de variación salarial. Como consecuencia, en un ciclo recesivo de la economía se profundiza la caída del gasto y de los haberes, mientras que, durante los períodos de expansión económica, tiende a incrementar el gasto, ya que suben la recaudación de impuestos y los salarios. Es decir que toda mejora fiscal se debería cursar para abonar jubilaciones, lo que se torna insostenible para el sistema en su conjunto.

La fórmula vigente actual por un DNU, tiende a consolidar el gasto en un nivel de PBI, independientemente de si los salarios mejoran y si hay mayores recursos fiscales. Los haberes se recuperan en tanto baje la inflación, ya que se ajusta con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de hace dos meses. Pero, mientras la inflación suba, los haberes perderán poder de compra

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