La salud del papa Francisco se mantiene estable dentro de la gravedad, lo que disipa, al menos por ahora, los rumores sobre un posible cónclave. A pesar de su delicado estado, el pontífice ha retomado algunas actividades, lo que refuerza la idea de que su condición, aunque crítica, se mantiene bajo control.
El parte médico emitido en la mañana de hoy indica que el papa ha pasado una noche tranquila y continúa en reposo. La insuficiencia renal y la crisis respiratoria aguda que lo afectaron durante el fin de semana generaron incertidumbre sobre su evolución, pero en las últimas horas ha mostrado una estabilidad que permite la realización de algunas tareas ligeras, como la firma de decretos y la preparación del mensaje para la Cuaresma.
La noticia de su recuperación parcial ha calmado, en cierta medida, las especulaciones sobre una posible renuncia. La historia reciente del Vaticano recuerda que en 2013 Benedicto XVI anunció su dimisión tras convocar un consistorio, lo que ha llevado a muchos a analizar cada acción de Francisco en busca de señales de un posible desenlace similar. Sin embargo, hasta el momento, el pontífice ha dejado claro que su intención es continuar en el cargo, a pesar de los desafíos que impone su estado de salud.
El Vaticano ha confirmado que Francisco se reunió en el hospital con su número dos, el Secretario de Estado, y que ha mantenido la costumbre de realizar llamadas telefónicas, como la que hizo a la parroquia de la Franja de Gaza. Estas señales refuerzan la percepción de que, aunque con limitaciones, sigue ejerciendo su liderazgo dentro de la Iglesia.
En Roma, la situación ha despertado gran interés. En los alrededores de la Plaza San Pedro y en los cafés cercanos a la Via della Conciliazione, la salud del pontífice es tema de conversación recurrente. Las versiones sobre un posible cónclave han perdido fuerza en la medida en que se observa que Francisco continúa con sus responsabilidades, aunque de manera más pausada.
El pronóstico sigue siendo reservado y se aguardan los resultados del TAC realizado el martes para evaluar la evolución de su neumonía bilateral. Mientras tanto, el papa Francisco sigue adelante con sus actividades en la medida en que su salud se lo permite, disipando por el momento las especulaciones sobre un inminente cambio en la conducción de la Iglesia.
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