Argentina consume más del 75% de todo el fernet que se produce en el mundo. Esta bebida amarga, de origen italiano y sabor intenso, logró instalarse en el paladar argentino al punto de convertirse en un fenómeno cultural, especialmente en la provincia de Córdoba, donde se calcula que se beben entre 40 y 45 millones de litros por año.
El dato no es menor: Córdoba concentra el 30% del consumo nacional de fernet, lo que la convierte en la principal consumidora a nivel global. La mezcla infaltable de fernet con Coca-Cola -tan propia de las reuniones sociales argentinas- contrasta con el modo en que se lo toma en Italia, su país de origen, donde se bebe puro y en pequeñas cantidades, como digestivo.
El auge del consumo en Argentina llevó a que la empresa italiana Fratelli Branca, principal productora del licor, instale su planta en el país y reconozca que aquí se encuentra uno de sus mercados más fuertes fuera de Europa. Sin embargo, la demanda parece estar superando la capacidad de producción. «La fábrica vende lo que se produce en el día porque no hay stock. Las máquinas tienen muchas falencias», explicó José, un operario de la planta cordobesa.

Según un informe de la consultora International Wine and Spirit Research (IWSR) citado por Forbes Argentina, el país supera los 50 millones de litros de fernet consumidos al año. En el ranking de bebidas más elegidas por los argentinos, el fernet ocupa el tercer lugar, detrás de la cerveza y el vino.
A pesar de su sabor amargo y medicinal, que proviene de una mezcla de hierbas como mirra, ruibarbo, manzanilla, cardamomo, orégano y azafrán, el fernet se convirtió en un emblema del gusto nacional. De hecho, el Servicio de Toxicología del Hospital Fernández advirtió sobre su consumo «en cantidades alarmantes».
Con una graduación alcohólica que ronda el 40%, el fernet se presenta como una bebida mucho más fuerte que la cerveza, lo que también podría explicar parte de su popularidad, especialmente entre los más jóvenes.