Vacuna del dengue: un estudio demostró que protege por más tiempo del que se creía

Cuando llegó al mercado hace dos años, tras una larga demora en su autorización y un grave brote de dengue, la vacuna para prevenir el virus generó mucha expectativa. Ahora, próximos a comenzar una nueva temporada de transmisión que es incierta, se conocieron los resultados de un estudio que asegura que la vacuna del dengue protege por más tiempo del que se creía.

El ensayo clínico con el que la ANMAT aprobó la vacuna en abril de 2023 había demostrado una eficacia a cinco años. Pero ahora siguieron a los vacunados por más tiempo y se analizó particularmente qué pasaba si se aplicaba un refuerzo a los cuatro años y medio de la primera dosis. Lo que se buscaba ver es si ese booster mejoraba la protección.

“Hubo un pequeño aumento de la eficacia, pero no es estadísticamente significativo. Esto quiere decir que el refuerzo no sería necesario y que se mantiene la eficacia con las dos dosis iniciales”, señaló Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC y miembro del Comité de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología. Las dosis del esquema de vacunación se aplican con tres meses de diferencia.

La vacuna mantiene una eficacia del 61,2% para el dengue sintomático y del 84,1% para evitar cuadros graves y hospitalizaciones. “No hace falta dar un refuerzo —coincide Tomás Orduna, ex jefe de Medicina Tropical del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero—. Se logra transitoriamente un aumento del título de anticuerpos, como siempre ocurre con un refuerzo, pero vuelven a bajar a los niveles en que estaban antes”.

Otro dato relevante que mostró este estudio es que la vacuna sigue siendo segura y en este punto Orduna trae un tema muy discutido: los adultos mayores. El experto comparte lo que se llama “datos del mundo real”, que la Fundación Vacunar presentó en siete congresos, respecto de las dosis que aplicó en sus centros: sobre más de 150.000 dosis, los mayores de 60 años tuvieron los mismos efectos adversos que los menores. Y también aporta que un estudio en Alemania tampoco reportó ningún problema de seguridad en esta población.

“La ANMAT autorizó la vacuna desde los cuatro años. Para los mayores de 60 la CoNaIn (NdR. Comisión Nacional de Inmunizaciones) no lo avaló al principio y las sociedades científicas pidieron esperar a tener más datos. Yo tengo personas de hasta 90 años”, resalta el médico sobre pacientes a los que se la prescribió para enfatizar que los +60 están dentro del rango etario aprobado por la autoridad regulatoria.

La vacunación, en baja
Respecto de cuántas personas se vacunaron en Argentina, no hay información oficial accesible porque la vacunación es muy heterogénea, en 15 provincias, y en el comienzo se realizó sólo en el ámbito privado. Pero lejos parecen haber quedado esos días de desesperación por conseguir el pinchazo y colapso en los vacunatorios. Bonvehí admite que las tasas de cobertura no estarían siendo las esperadas porque hay “una baja de la percepción del riesgo”.

La Provincia de Buenos Aires compartió con Clarín datos que confirman esta hipótesis. En territorio bonaerense, la campaña empezó en octubre del año pasado priorizando a las personas de entre 15 y 59 años que hubieran tenido dengue y vivieran en el AMBA. A mediados de septiembre, ese rango de vacunación se amplió —dentro de la misma franja etaria— a todo el territorio de la Provincia, sin importar si tuvieron o no la enfermedad.

Como esta vacuna no está disponible en todos los vacunatorios, la gente tiene que anotarse en la app Mi Salud Digital y se les asigna un turno vía mail. En estos últimos 40 días, se anotaron 63.000 personas, y otras 169.000 lo habían hecho anteriormente. Pero del total de inscriptos, 232.000, sólo se vacunaron 80.312.

“Ha bajado mucho la cantidad de gente que concurre a vacunarse. La gente se olvida de la necesidad de la vacuna”, señaló Bonvehí.

En ese “olvido”, probablemente, influyan las estadísticas. La temporada 2024/2025 registró 17.964 casos, una cifra mínima si se compara con las dos anteriores, que fueron críticas: epidemia récord en 2023/2024 con 556.820 infectados, y 129.595 confirmados en la 2022/2023.

¿Qué puede pasar en 2026? Orduna dice que no hay predicciones ya que las condiciones para la transmisión están dadas “porque tenemos un serio problema para darle combate al mosquito transmisor”, el famoso Aedes aegypti. Pero esas condiciones no cambiaron en 2025 respecto a 2024, cuando la epidemia fue récord: “Los criaderos que supimos conseguir y los seguimos teniendo”, sintetiza. No obstante, el experto explica que influyen también otros factores como el clima, los regímenes de lluvia, la persistencia de temperatura y los “microinviernitos” que cortan el ciclo del mosquito.

Por eso, como no se puede hacer futurología, insiste en el descacharrado y en que deberían estar ya activándose las campañas de concientización en este sentido. Porque la vacuna es útil, pero la estrategia de ataque al dengue necesariamente implica también evitar que el Aedes prolifere.