Las fuertes lluvias y las granizadas que castigaron al sur de Brasil este lunes 24 dejaron una estela de destrucción en dos municipios que declararon el estado de emergencia y activaron operativos de asistencia inmediata. Las autoridades locales suspendieron clases, reorganizaron servicios esenciales y mantienen equipos en la calle mientras continúan evaluando el impacto del temporal.
En Erechim, Rio Grande do Sul, una violenta tormenta afectó a más de 6.400 familias, provocó daños severos en viviendas, paralizó servicios de salud y dejó al menos 152 heridos. De acuerdo con el ayuntamiento, unas 12 a 19 personas quedaron sin hogar, mientras los equipos municipales avanzan con tareas de rescate y relevamiento. La magnitud del evento obligó a suspender las clases en 35 unidades educativas, entre escuelas municipales, estatales y privadas vinculadas al sistema local.
La caída de granizo fue uno de los factores más devastadores: techos perforados, ventanales rotos y vehículos inutilizados formaron parte del paisaje que dejó el temporal. Las autoridades municipales señalaron que el decreto de emergencia permite movilizar recursos para asistencia humanitaria, rehabilitación de daños y reconstrucción de las zonas más afectadas.
En paralelo, en Luiz Alves, Santa Catarina, las lluvias alcanzaron un acumulado extraordinario de 114 milímetros en apenas seis horas, suficiente para dejar la ciudad bajo el agua. Barrios completos quedaron inundados, comunidades quedaron aisladas y algunos tramos viales resultaron intransitables. En puntos críticos, el nivel del agua llegó hasta los techos de los edificios.
La Defensa Civil local advirtió sobre el riesgo de deslizamientos y la posibilidad de nuevos eventos climáticos. El secretario de Defensa Civil municipal, Paulo Tomio, confirmó que los equipos permanecen en operativo constante: “Hay muchos puntos de inundaciones y deslizamientos de tierra en la ciudad”, afirmó.
Las clases en Luiz Alves también fueron suspendidas durante la tarde y la noche por precaución, al igual que la atención en la Unidad Básica de Salud del barrio Canoas, que quedó aislada por la crecida. Las autoridades recomendaron a la población buscar otros centros sanitarios hasta que se restablezca el acceso.
Mientras continúa el monitoreo, ambos municipios se preparan para una jornada marcada por la evaluación de daños estructurales y la búsqueda de asistencia para las familias afectadas. El escenario, según coinciden las autoridades, evidencia el impacto cada vez más severo de los eventos climáticos extremos en la región sur del país.




