Día Internacional del Mal de Amores

El amor, algo tan necesario como voraz por las secuelas que deja en el caso de que los caminos de dos personas se separen. Y es que este lunes, 29 de julio, se celebra el Día Internacional del Mal de Amores, jornada con la que más de uno se sentirá identificado, ya sea por el pasado, por el presente o, en algunos casos, futuro.

Y es que en ciertas ocasiones, podemos llegar a escuchar consejos sobre cómo superar una ruptura, pero lo único empíricos que podemos encontrar en estos casos son a los profesional de la salud mental que pueden llegar a trabajar con nosotros, en nuestro día a día, para llegar a superar ese “corazón partío”.

Son miles las formas y consejos que nos suelen dar para saber cómo salir de ese mal trago, de ese famoso mal de amores que tantas canciones ha hecho que se escriban, que nos hagan llorar y que nos hagan recordar que a veces “tiempos pasados fueron mejores”, o no.

Pero la eterna pregunta es clara, ¿cómo se supera el mal de amores?: ¿evitando a tu ex, controlando tus emociones, expresando tus sentimientos o desconectando todo el tiempo?.

Belén Silguero, psicóloga salmantina, nos ha expuesto una serie de pautas a modo de guía, además de hablar sobre lo que son las rupturas, de si depende de la edad, del tiempo que se lleve o, lógicamente, de si el amor se acaba.

El mal de amores, así llamado cuando hay una ruptura entre dos personas. Y claro, un concepto que viene después de eso, es que no saber exactamente qué hacer cuando te has imaginado un futuro a largo plazo con alguien.

Pues el mal de amores o las rupturas, yo creo que no se pasa por un proceso sin que haya dolor. Sin que la persona sufra esa pérdida de un proceso que es doloroso, hasta que asimilas que la relación ha terminado y que el proyecto de vida en común se ha terminado. Depende mucho de cómo acaba una relación, si eres tú el que quiere terminarla de una forma consensuada o tranquila, o se ha roto la relación porque ha habido una infidelidad. Eso cambia mucho el cómo asimilamos una ruptura.

Entonces, ¿cuánto más complicada sea la ruptura, mucho peor en términos psicológicos y hormonales?

Exacto. Si la ruptura es por sorpresa, si no la esperabas, si hubiera habido una infidelidad, si dependían de esa persona, la estabilidad mental que tengas, la madurez… va a contribuir favorable o desfavorablemente, ayudará a aceptar o no la noticia mejor o peor.

Hablemos de la dependencia entonces, ¿a veces se crea una dependencia que a la larga no puede ser buena?

La dependencia emocional no es buena y va unida a la estima. Cuando una persona no se valida a sí misma, se defiende y lo que necesita, genera en la relación unas concesiones que uno no desea hacer. Que vayas dependiendo y sometiéndose a la otra persona. En todo esto, acabas perdiendo tu identidad y por lo tanto eres más vulnerable.

Hay algunos primeros síntomas para saber que estamos creando dependencia por otra persona.

Pues que necesitamos la validación de la otra persona o que no tomamos decisiones por nosotros mismos. Básicamente, en una relación de pareja hay que llegar a acuerdos de una manera sana y sin temor ni angustia. Siempre se tiene que hacer de una manera saludable, contando con el otro, pero teniendo como prioridad a. nosotros mismos.

Ya que nos hablabas de los acuerdos, límites, necesidades… falta hablar de saber qué necesita cada uno. Al final, una relación entre dos personas, es como un acuerdo entre dos empresas.

Yo creo que para que una relación funcione, no basta solo con quererse. Es el pilar fundamental, sí, pero son otras muchas cosas las que van a hacer que una relación dure mucho más. Las relaciones que funcionan bien tienen tres puntos: amor, confianza y comunicación activa, escuchando lo que la otra persona necesita y qué le hace feliz.

Con todo esto, que una relación haya durado más o menos, ¿cambia mucho de cara a las rupturas?

No depende de la edad, sino de la relación. Yo en consulta he visto parejas que lo han llevado muy bien, la ruptura, después de 20 años, y otras personas que duran uno o dos años, pues ha sido mucho más dramática. No depende de la edad o el tiempo, sino del enamoramiento y el vínculo que se establece con esa persona, además del motivo de la ruptura, como decíamos antes.

Eso me lleva a pensar entonces en el famoso dicho «¿Un clavo saca otro clavo?», concepto peligroso porque sin superar a una pareja, empezar con otra…

Es algo muy mal dicho (risas). Primero es mejor que nos repongamos y aprendamos a estar bien con nosotros mismos, y cuando ese duelo se haya pasado, pues comenzar una relación de otra manera. Pero bueno, es verdad que el empezar a salir y distrarse, ademas de conocer a otras personas, ayuda a mejorar la autoestima. Al fin y al cabo, a ver que la vida no acaba con una ruptura. Eso sí, sin dejar heridas a otras personas.

Sin dejar cadáveres emocionales.

Hablabas de la autoestima, ¿es normal sentirlo cuando lo dejamos con alguien?

Claro, porque cuando lo dejamos con nuestras parejas, es normal sentir eso. Primero está esa etapa de negacion cuando lo dejamos con alguien, después vendría la fase de la ira y preguntarnos por qué nos ha hecho eso, después la fase de negociación, donde se intenta llegar a acuerdos incluso, y luego ya la fase depresiva donde la persona está asumiendo que eso es el fin y que se ha acabado. Una vez finaliza todo esto, la persona ya empieza a autocuidarse cuando ha asumido el fin.

Al fin y al cabo, las rupturas, sea amorosas, familiares o de amistades, siempre son duras, pero con la ayuda necesaria, mientras vengan de profesionales, siempre es buena. Y es que a pesar de que el mal de amores se puede llegar a sentir, siempre hay una salida para revertir esa situación.

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