El sospechoso de asesinar al aliado de Trump, Charlie Kirk, fue acusado de homicidio agravado y podría ser condenado a muerte

El 10 de septiembre, Charlie Kirk, activista de derecha y cercano aliado del expresidente Donald Trump, fue asesinado de un disparo en la Universidad de Utah, lo que desató una persecución que terminó 33 horas después con el arresto de Tyler Robinson, el principal sospechoso del crimen.

El fiscal de Utah, Jeff Gray, anunció este martes que Robinson, de 22 años, enfrenta siete cargos en total, incluyendo homicidio agravado, y señaló que buscará la pena de muerte si es hallado culpable.

Kirk, fundador de Turning Point USA, un grupo político juvenil conservador, fue asesinado mientras participaba en un evento en la universidad. Según las autoridades, Robinson disparó desde un tejado usando un rifle con mira telescópica, impactando a Kirk en el cuello. La persecución del sospechoso fue ardua y duró más de un día, antes de ser capturado.

El fiscal Gray explicó que Robinson enfrenta cargos de homicidio agravado, calificando el crimen como “una ofensa capital” debido a que el asesinato fue cometido de forma intencional y en circunstancias que pusieron en peligro la vida de otros. Además, Gray detalló que, debido a la gravedad del crimen, solicitará la pena de muerte.

Acusaciones adicionales y la posible pena de muerte

Robinson enfrenta un total de siete cargos, incluido el homicidio agravado, un cargo que podría llevarlo a la pena de muerte si es hallado culpable. El fiscal Gray expresó que no tomó la decisión de buscar la pena capital a la ligera. “Es una decisión que tomé de forma independiente como fiscal del condado, basada en la evidencia disponible y en las circunstancias y naturaleza del crimen”, explicó Gray.

Tyler Robinson, el hombre acusado de matar al activista derechista Charlie Kirk.

Charlie Kirk, de 31 años, estaba casado con Erika Kirk y tenía dos hijos. Se destacó por su activismo político, usando plataformas como TikTok, Instagram y YouTube para difundir su punto de vista conservador, que incluía críticas al movimiento por los derechos transgénero. Además, era conocido por sus intervenciones en debates en universidades, lo que lo hizo una figura polarizadora en la política estadounidense.

El caso ha generado una fuerte reacción en Estados Unidos, con críticas a la gestión del FBI, especialmente por la liberación de un sospechoso que inicialmente fue detenido pero luego liberado después de un error de identificación. Además, la Casa Blanca ha declarado que perseguirá lo que califica como un “movimiento terrorista doméstico” de izquierda relacionado con el asesinato de Kirk, lo que ha generado preocupaciones sobre el posible uso político de la situación.