El youtuber que se obsesionó con hacer la hamburguesa perfecta: vende 40 mil por mes y tiene colas de 40 minutos

En un universo paralelo, Alejandro Roig podría haber seguido siendo ese camarero  que toma pedidos con una sonrisa y sufre en silencio cuando le piden la carne “bien cocida”. Pero eligió otro camino:  se convirtió en Burger Kid, el youtuber que hablaba de hamburguesas cuando todavía no eran una obsesión nacional.  Hoy, su proyecto creció tanto que  despacha 40.000 hamburguesas por mes en Kiddo, su hamburguesería en Cañitas , mientras sus seguidores siguen jurándole amor eterno en los comentarios.

Lo curioso, y lo admirable, es que no se quedó en personaje.  Lejos de conformarse con el rol de influencer con antojo, Ale se metió de lleno en la cocina: aprendió, probó, viajó, se obsesionó y armó un local que defiende una premisa sencilla pero difícil de lograr, hacer una hamburguesa rica , rápida y con materia prima digna. Y el público se lo agradece con algo más valioso que un like: 40 minutos de cola por un smash.

Kiddo fue pionera en comunicar un nuevo estilo de hamburguesas : finitas, crocantes, sin condimentos raros ni panes que parecen un chiste gourmet. Hoy tienen local en Miami, pronto abrirán en Palermo,  y aunque sus hamburguesas son más pequeñas que otras del mercado, compensan con sabor, contundencia y una comunidad de fans que no se pierde ni una.

La historia de Kiddo

Alejandro Roig nació en Flores , pero creció en Sáenz Peña, partido de Tres de Febrero. En 2015, mientras volvía de trabajar como camarero y no podía pegar un ojo,  se enganchó viendo videos de gente comiendo hamburguesas  en Estados Unidos.

“Me fascinaba esa idea de que gente normal, que no era cocinera ni nada, se filmaba comiendo hamburguesas y hablaba de eso.  No existía Instagram, solo Facebook y YouTube “, recuerda. De ese fanatismo nació su canal de YouTube: Burger Kid.

El local de Kiddo en Las Cañitas. Foto Victoria Gesualdi.El local de Kiddo en Las Cañitas. Foto Victoria Gesualdi.

“Esto hay que hacerlo aquí” , pensó una noche. En esa época no existía la cultura foodie en redes y el único que hablaba de comida tenía un blog escrito. Ale quería mostrar otra cosa:  “Necesitaba contarle a la gente que una hamburguesa era solo carne con sal ”. Se metió de lleno: salía a comer, grababa, reseñaba, y explicaba qué tenía de especial cada hamburguesa. Los primeros videos tenían 50 o 100 reproducciones. Pero siguió.

Cuando apareció Instagram, todo empezó a crecer. Viajó a Estados Unidos y desde allá grabó con el mismo entusiasmo con el que miraba videos años atrás. “Fue el primer contenido en habla hispana que hablaba exclusivamente de hamburguesas”, dice. Ya no era solo un fan:  se había convertido en referencia obligada para los fans del medallón.

En 2021, post pandemia, supo que era el momento:  “Quiero hacer algo para mí”. Le habían ofrecido abrir algo, pero no le copaba la idea de ser influencer . “A mí ser influencer no es algo que me encanta. No persigo la exposición, me gusta hacer lo que hago cuando tengo ganas de contar algo”.  Esta vez no quería mostrar hamburguesas ajenas. Quería hacer las propias.

Las papas fritas de Kiddo. Foto Victoria GesualdiLas papas fritas de Kiddo. Foto Victoria Gesualdi

Sabía que necesitaba ayuda para bajarlo a tierra, así que llamó a Pablo Pons, de Big Pons , que se sumó sin vueltas. “Él aporta el know-how, la parte administrativa, recursos humanos. Yo me encargo de producto, comunicación y experiencia del cliente”, cuenta.  Juntos dieron forma a Kiddo, la hamburguesería que en 2022 abrió en Las Cañitas , Palermo, y que desde el primer día tuvo cola en la vereda.

Kiddo es el resultado de años de obsesión con la hamburguesa perfecta. Un chico local, sin rebusques ni fórmulas raras, donde Roig bajó todo lo que aprendió como Burger Kid.  Pero esta vez, sin cámara ni reseña. “Yo quería implementar un poco del concepto de la pizza al paso, de comer parado, llevar la hamburguesa, hacer  un producto de calidad, con todo lo que había aprendido un poco en mi época de youtuber”.

Qué comer en Kiddo

Las hamburguesas de Kiddo. Foto Victoria GesualdiLas hamburguesas de Kiddo. Foto Victoria Gesualdi

En Kiddo no hay dudas, vueltas ni ingredientes exóticos.  Cuando se le pregunta a Alejandro Roig qué viene en su local, responde sin rodeos:  “Hamburguesa con papas fritas, el mejor plato del planeta”.

Esa frase resume toda la filosofía del lugar:  ir a lo simple, pero hacerlo perfecto.  No hay medallones coronados por  montañas de cheddar,  ni hamburguesas imposibles de morder. Lo máximo que se permite es una doble. ¿Por qué?  Porque la idea es que te comas al menos dos .

La hamburguesa con queso de Kiddo.La hamburguesa con queso de Kiddo.

El corazón de la propuesta está en la carne, que no tiene más secreto que su calidad … y un corte que Ale no piensa revelar. “Procesamos la carne todos los días. Viene el corte entero, lo cortamos y lo procesamos acá dos veces. No usamos conservantes ni aditivos. Solo le ponemos sal cuando la cocinamos”. Eso sí:  admite que el contenido graso es parte fundamental del sabor adictivo.  Porque sin grasa, no hay magia.

El pan también merece su lugar en la historia : es suave, fresco, con un toque dulzón que funciona como el abrazo ideal para la carne. Lo hace Franco Kalifon, creador de la marca Kalis, especialmente para Kiddo. “Con Franco también arrancamos muy juntos esto de las redes”, cuenta Ale, que viene de ese palo y no lo olvida.

En la carta hay solo tres hamburguesas, que se pueden pedir en versión simple o doble . Está la Cheeseburger (carne, cheddar, ketchup, mayonesa y cebolla por $ 7.500), la Melvin (carne, queso, panceta ahumada, cebolla crispy y aderezo Kiddo por $ 9.500 ) y la Park (carne, queso, lechuga, tomate, cebolla y aderezo Kiddo).

La hamburguesa doble de Kiddo.La hamburguesa doble de Kiddo.

Las papas fritas no se quedan atrás: son doradas, crujientes, con una fritura pareja y un topping de polvo saborizado tipo snack  (ese que te recuerda a los nachos del cine). El combo más pedido trae una de cada hamburguesa, papas y gaseosa, todo por $27.000. Y sí,  hay que comer más de una para quedarse satisfecho . Ale lo sabe, y por eso la cocina de Kiddo es una de las más rápidas del país: en uno o dos minutos, el pedido está listo.

La fórmula es tan sencilla como efectiva:  carne sabrosa, pan perfecto, fritas crocantes.  ¿El resultado? 40.000 hamburguesas por mes y colas de 40 minutos para conseguir una. Parece poco, pero es todo.

Kiddo, Arévalo 2882. CABA. Instagram: @kiddo.arg