El reciente acuerdo entre España, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) sobre el estatus de Gibraltar podría sentar un precedente sobre la Cuestión Malvinas. No obstante, ha sido ampliamente criticado por los sectores conservadores del Reino Unido por habilitar una “vía libre” sobre los reclamos territoriales, como las Malvinas, y debilitar el control británico sobre sus “territorios de ultramar”.
El acuerdo sobre Gibraltar fue impulsado por el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, que establece que el control fronterizo de la península quede en manos de guardias españoles y europeos en pos de facilitar la cooperación con la UE. Aunque el Reino unido afirma que la soberanía sobre Gibraltar no está en juego, la decisión despertó un gran rechazo británico porque podría ser el inicio de un “período de concesiones” sobre territorios en disputa.
Los detalles sobre el acuerdo de Gibraltar
Cabe recordar que, recientemente, España, Reino Unido y la UE firmaron un pacto sobre el estatus de Gibraltar, el último punto que faltaba por consensuar post Brexit. Si bien aún debe ser ratificado, el acuerdo busca eliminar “todas las barreras físicas, verificaciones y controles sobre las personas y los bienes que circulan entre España y Gibraltar”, según el comunicado conjunto emitido por las partes.
Gibraltar, un enclave en el extremo sur de España y frente a Marruecos, ha estado bajo dominio británico desde 1713. La decisión surge después de la firma del Tratado de Utrecht entre la corona británica y la española, al terminar la guerra de sucesión española.
Desde ese momento, España reivindica su soberanía sobre el territorio, siendo un punto habitual de fricción en la relación con el Reino Unido. Además, cuando surge el Brexit, la disputa entre Gibraltar y el bloque europeo quedó sin resolver.
En la actualidad se estima que 15.000 personas cruzan la frontera entre Gibraltar y España a diario. Los residentes de la península pueden cruzar con tarjetas de residencia sin necesidad de sellar sus pasaportes, aunque existía la preocupación de que la forma de hacerlo cambiara luego de que se introduzca el sistema de Entrada/Salida de la UE a finales de este año.
¿Malvinas en la mira?
Los críticos del gobierno de Keir Starmer temen que este escenario se repita en las Islas Malvinas. En palabras de la ex ministra del Interior, Suella Braverman, la entrega parcial de Gibraltar podría ser la antesala de una revisión de la posición británica sobre las Malvinas, postura que Argentina ha reclamado históricamente. A esto se suma la reciente experiencia con Chagos, otro territorio cedido por el Reino Unido a Mauricio, lo que sugiere, para los británicos más conservadores, que las decisiones del gobierno están comprometiendo la posición histórica del país.
Lo cierto es que el debate sobre Gibraltar y Malvinas revela una tensión latente entre la soberanía británica y las reclamaciones territoriales históricamente presentes. La evolución de la política exterior británica podría efectivamente abrir un “nuevo capítulo” en la disputa de las islas del Atlántico Sur.
No obstante, el Reino Unido se aferra al referéndum de 2002 en Gibraltar, que dio como amplia ganadora la postura de seguir estando bajo el paraguas británico, para sostener su soberanía sobre el archipiélago y afirmar que no es cuestión de debate ni discusión. Situación similar ocurrió en Malvinas con el referéndum de 2013, donde el 99,8% de los votantes manifestó su voluntad de seguir siendo un Territorio Británico de Ultramar.
Pero los recientes acontecimientos de Gibraltar, sumado al precedente de Chagos, han hecho que la oposición de Starmer cuestione su compromiso con la soberanía británica. Queda por verse si el acuerdo con España es sólo un ajuste fronterizo o el inicio de un nuevo enfoque diplomático en la gestión de territorios británico en disputa, dando a la Argentina la oportunidad de mantener vivo el reclamo legítimo de soberanía sobre Malvinas.