A medida que se profundiza el invierno, los casos de enfermedades respiratorias en Posadas y otros municipios comienzan a aumentar de manera sostenida. Las guardias y salas de espera están desbordadas y las consultas por fiebre, tos y decaimiento general se repiten en niños y adultos. Según advierten los especialistas, aún no se alcanzó el pico estacional, lo que significa que los contagios podrían intensificarse en los próximos días.
El médico infectólogo infantil Oscar López, confirmó la tendencia: “Se ha incrementado el número de consultas, tanto en guardias como en consultorios. En internación no se refleja tanto en estos últimos días, pero durante el período de frío más intenso sí hubo un aumento de pacientes, sobre todo lactantes, que requirieron internación”.
López explicó que el fenómeno responde a una combinación de factores típicos de la temporada: el descenso brusco de temperatura, el hacinamiento en espacios cerrados y la mayor circulación de virus estacionales. “Los niños permanecen más tiempo en ambientes cerrados, tanto en el hogar como en las escuelas. Las maestras cierran puertas y ventanas para conservar el calor, pero eso también permite que los virus se concentren y se propaguen con mayor facilidad”, remarcó.
A diferencia de lo que comúnmente se dice en la calle —“hay mucha gripe dando vuelta”—, López aclaró que en realidad lo que se observa es un incremento de virosis respiratorias, que pueden incluir distintos agentes como el virus de influenza A, el virus sincicial respiratorio y otros. “Todos ellos producen síntomas similares: fiebre alta durante dos o tres días, malestar general, dolores musculares y, posteriormente, una tos persistente que puede durar semanas”, detalló.
Consultado sobre una supuesta “nueva modalidad de gripe” que se manifiesta con fiebre intensa de corta duración y tos prolongada, el especialista respondió que no se trata de una cepa nueva, sino de una forma típica de evolución viral. “Es el comportamiento esperable de muchas virosis respiratorias. La fiebre y el malestar duran entre 48 y 72 horas, pero el daño que el virus genera en las vías respiratorias queda, y eso causa la tos y el catarro prolongado”, explicó.
Además, López advirtió que estos cuadros virales pueden complicarse si se produce una sobreinfección bacteriana. “No es frecuente, pero puede ocurrir. Por eso algunos pacientes, días después del inicio del cuadro viral, requieren antibióticos. Pero eso no significa que haya que automedicarse desde el comienzo. El abuso de antibióticos es un problema serio, y está generando resistencia bacteriana que en el futuro podría dejarnos sin herramientas para tratar infecciones graves”, enfatizó.
Uno de los datos que preocupa es que muchas familias, ante la falta de stock o por cuestiones económicas, cruzan la frontera para comprar medicamentos como el oseltamivir (antiviral específico para influenza). “Me llegaron casos de padres que fueron a Paraguay a comprar oseltamivir. Si bien puede estar indicado en niños pequeños o en pacientes de riesgo, no es una solución mágica ni debe administrarse sin criterio médico”, alertó.
El especialista reiteró la importancia de la vacunación antigripal como herramienta clave para prevenir cuadros graves. “No es tarde para vacunarse. La vacuna comienza a actuar entre 7 y 10 días después de aplicada, y sigue siendo una de las medidas más efectivas para reducir el impacto del virus”, aseguró.
También recomendó reforzar hábitos de prevención: ventilar los ambientes, especialmente en días soleados; mantener una alimentación saludable rica en frutas y verduras (“más colores, mejor combinación vitamínica”); evitar el contacto entre personas enfermas y grupos vulnerables como embarazadas y adultos mayores; y no enviar a los niños enfermos a la escuela.
Aunque el brote de enfermedades respiratorias se anticipó este año —“comenzó un mes antes de lo habitual”, según estudios compartidos por López en el marco de un proyecto nacional de vigilancia viral—, aún no se descarta un rebrote o una intensificación del número de casos hacia fines de julio. “Todo lo que conocíamos sobre los virus cambió después del COVID. Hoy no podemos predecir con certeza el comportamiento de los brotes”, sostuvo.
Fuente: MisionesOnline