Preservativo vaginal: cómo funciona y por qué representa autonomía sexual para las mujeres

Si sos mujer, probablemente alguna vez te pasó que alguien se negó a usar preservativo o incluso viviste la violencia de que te dijeran que se lo habían puesto cuando no era así. Es realmente frustrante depender de otra persona para tener control sobre tu salud y cuidar tus encuentros sexuales.

Puede que no los conocieras, pero el primer preservativo vaginal fue diseñado por un ginecólogo danés y su esposa a mediados de los años 80. Buscaban una alternativa que diera más autonomía a las personas con vulva, en una época en la que el VIH se expandía como una pandemia.

La idea fue desarrollada por un grupo de investigadores médicos que combinaron el modelo del condón masculino con el del diafragma. Desde entonces, se han diseñado al menos tres versiones diferentes de condones femeninos.

Cómo es y de qué está hecho

Su diferencia radica en el material con el que están hechos. A diferencia del condón masculino, estos están principalmente fabricados con materiales como el nitrilo o el poliuretano. También existe la versión de látex, pero es la menos habitual.

Esta funda de poliuretano mide unos 17 cm de largo, con uno de los extremos cerrado. Es similar al condón masculino y puede venir lubricada o sin lubricante. Sin embargo, es más largo y más ancho que el preservativo masculino.

Se puede colocar antes del coito o hasta ocho horas antes, pero siempre hay que verificar que esté bien ubicado antes de la penetración.

Qué tan cómodo y recomendable es

El Fondo de Población de las Naciones Unidas en Argentina realizó el estudio “Aceptabilidad del preservativo vaginal entre mujeres adolescentes y jóvenes del AMBA”, con el objetivo de conocer su nivel de aceptación y recomendación.

El proyecto, que contó con el apoyo de ONUSIDA y una beca de Salud Pública del Ministerio de Salud porteño, distribuyó 2.000 unidades entre las personas encuestadas. El estudio exploratorio comenzó en marzo de 2020 y finalizó en agosto de 2021. Contó con la participación de cien personas con vulva de entre 16 y 29 años, residentes del AMBA y estaba destinado a personas sexualmente activas que tuvieran relaciones con penetración vaginal-peneana.

Los resultados fueron muy positivos: el 97% manifestó que su pareja sexual aceptó el uso del preservativo, el 96% lo recomendaría y el 80% indicó que lo volvería a usar.

No tiene contraindicaciones, pero su principal dificultad suele ser la colocación. (Foto: UNFPBA)

Entre los aspectos negativos, el 68 % reportó dificultad para colocárselo en la primera práctica; sin embargo, en la segunda vez, este porcentaje se redujo al 36%.

En las entrevistas se pudo verificar que uno de los beneficios por los que se lo elegiría es que puede ser autoadministrado. De esta manera, el autocuidado se convierte en algo personal y deja de depender de otra persona.

Qué dicen los especialistas

Se lo denomina preservativo vaginal o interno porque puede utilizarse tanto en vulva como en ano. Su función principal es proteger frente a las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y también para la anticoncepción.

No tiene contraindicaciones, pero su principal dificultad suele ser la colocación. Según el Dr. Adrián Rosa, médico sexólogo (MN 87.038 // @doctor.adrianrosa): “Tiene una eficacia teóricamente del 95%, pero en la práctica es del 79%. Esto sucede por falta de información sobre cómo usarlo o por errores en la manera de colocarlo”.

Si se utiliza el preservativo vaginal o interno, no se debe usar otro condón al mismo tiempo, ya que el contacto entre ambos generaría fricción y aumentaría el riesgo de ruptura.

Es un preservativo difícil de conseguir, aunque algunos hospitales brindan unidades gratuitamente. “No es tan masivo y no se encuentra en todos los hospitales, por eso habitualmente se recurre al preservativo masculino”, explica el especialista.

En tiendas online nacionales no se consiguen y los sex shop lo traen a pedido. En las tiendas online internacionales, se pueden comprar por un valor aproximado de 2 a 5 dólares por caja, que contiene dos unidades, sin incluir el envío.